Efectos de las drogas en la sexualidad
“Tratándose de drogas, sólo se puede hablar del efecto potencial de cada una de ellas en la sexualidad de cada persona. Esta variabilidad resulta de diversos factores biológicos, como el metabolismo, el grado absorción, el peso del individuo, la dosis, el lapso durante le cual se usó la droga, su combinación con otras drogas y de factores no biológicos como la sugestionalibilidad del individuo y el hecho de consumir la droga a solas o en grupo. “
Marta Suplicy ( extraído del libro: “Conversando sobre el sexo”, pag. 373)
Alcohol: el alcohol tiene un efecto depresivo sobre el sistema nervioso central. En dosis bajas puede tener un efecto deshinibidor, tipo perder vergüenza o timidez ante la relación sexual, pero el efecto en el hombre es la disminución de la erección, en elevadas dosis todas las fases de la respuesta sexual pueden quedar inhibidas. Algunos estudios confirmaron que el 40 por ciento de los hombres alcohólicos son impotentes y del 5 al 10 por ciento tienen eyaculación retardada o inhibida. El alcohol también puede producir (según estudios de Gordon y otros), una disminución en el nivel de la testosterona en jóvenes sanos. En las mujeres es más difícil de definir el efecto del alcohol en la sexualidad, por la dificultad de diferenciar relación sexual de deseo sexual. Sin embargo, en las mujeres alcohólicas el deseo parece ser menos afectado que el hombre. Hay que tener en cuenta, que algunas mujeres alcohólicas utilizaron el alcohol como forma de deshinición sexual y, aparentemente, cuando bebían alcohol tenían un deseo sexual muy fuerte y, al dejar el alcohol y entrar en tratamiento ese deseo sexual intenso desaparece o disminuye a unos niveles más estables. Existe una alta correlación entre ingestión de alcohol y delitos sexuales.
Tabaco: es una droga que está dentro de los estimulantes. El adicto al tabaco de larga evolución presenta una disminución en el número de espermatozoides, pudiendo llegar a la infertilidad y, también a la impotencia sexual, por problemas de erección debidos a problemas circulatorios, al igual que ocurre y es mucho más frecuente el infarto de miocardio. El tabaco afecta a la circulación sanguínea, creando una disminución de la oxigenación celular por el aumento del monóxido de carbono en sangre, eleva el ritmo cardíaco y la tensión arterial.
Cannabis (THC): Es una droga que cambia la percepción de los sentidos y del espacio y el tiempo, está dentro de las drogas alucinógenas. Kolodny, Master y Jonson, después de hacer un estudio con 800 hombres y 500 mujeres, con edades comprendidas entre los 18 y los 30 años, sobre el consumo de marihuana y relaciones sexuales, concluyeron que la marihuana es una droga que aumenta la sugestionalibilidad (aumento de sensación táctil, relajación física), pero que tal vez esas modificaciones relatadas no ocurran en la realidad, es decir, que el individuo puede expresar haber tenido una relaciones sexuales muy agradables, pero en la realidad, la relación sexual ha permanecido inalterable y haber resultado seriamente perjudicada.
Muchos alcohólicos, al dejar de beber alcohol se han quejado de su disminución de actividad y placer sexual, pero cuando se le pregunta a la pareja, ésta suele relatar que las relaciones eran desagradables y compulsivas, añadiendo que las relaciones sin el alcohol han mejorado en calidad y satisfacción, a pesar de que el alcohólico lo vivía como un empeoramiento de su sexualidad.
El THC es la sustancia psicoactiva de la marihuana, disminuye la secreción de hormonas sexuales, con una reducción de la secreción de la testosterona y del número y la motilidad de los espermatozoides. En mujeres, el consumo de cannabis produce una reducción del ciclo menstrual, niveles elevados de prolactina y niveles menores de andrógenos. Parece que todo ello que el THC podría reducir la fertilidad, aunque no ha producido demostrarse definitivamente (Brown and Dobs, 2002).
Cocaína: Es una droga que estimula el sistema central nervioso. El consumo de cocaína puede dificultar la erección en los hombres y el orgasmo en las mujeres. El consumo habitual o crónico puede provocar disfunciones sexuales, como la impotencia.
Heroína: es una droga que actúa como un depresor del sistema nervioso central. Las personas adictas a la heroína disminuyen la frecuencia de sus relaciones sexuales y de la masturbación, el deseo sexual prácticamente desaparece y la eyaculación es casi siempre retardada. En la mujer los efectos del consumo de heroína se centraliza en las glándulas que controlan las hormonas sexuales. Es común la disminución del volumen de los senos, la cesación de la menstruación y de la ovulación y la esterilidad.
Barbitúricos: son depresores del sistema nervioso central y suelen prescribirse para problemas de insomnio, epilepsia o como calmantes. A altas dosis disminuye la actividad sexual y puede llevar a la impotencia.
Anfetaminas, speed: son estimulantes del sistema nervioso central. En dosis pequeñas pueden alargar la duración de la erección, así como retardar la eyaculación, por tener menor sensibilidad. En grandes dosis disminuyen el deseo y la excitación, perjudican la erección y afectan al orgasmo femenino.
Alucinógenos (LSD, mescalina, peyote): el alucinógeno hace que el individuo vuelque permanentemente su atención sobre sí mismo, lo que difícilmente puede llevar a una actividad sexual agradable en la pareja. Según el Instituto Master y Jonson, menos del 15 por ciento de un grupo de 85 hombres y otro de 55 mujeres que habían consumido LSD tres o más veces, sintieron que su participación erótica hubiera aumentado.
Ketamina: anestésico disociativo, que da la sensación de separar el cuerpo de la mente, y es de uso veterinario. Por tanto, tiene similares efectos en la sexualidad que las drogas depresoras del sistema nervioso central, en definitiva dificulta las relaciones sexuales.
GHB: es un anestésico depresor del sistema nervioso central, también se denomina “éxtasis líquido”, pero no tiene ningún efecto similar. A dosis pequeñas provoca desinhibición y embriaguez, a dosis altas provoca aturdimiento y adormecimiento. También dificulta las relacione sexuales.
Éxtasis o MDMA: es una droga de síntesis, que da lugar a una experiencia mixta entre estimulación y la percepción alterada, por lo que se la ha comparado con una mezcla de anfetaminas y un alucinógeno llamado mescalina. Como dice A. Escotado: “ hay en torno a la MDMA una infundada reputación de afrodisíaco. La líbido tiene más bien a desgenitalizarse, fluyendo hacia caricias.” “El número de orgasmos y hasta la capacidad copulativa experimenta una reducción notable; para el varón puede ser difícil eyacular y para ambos sexos resulta fácil distraerse.”
Digamos que el mito del éxtasis como afrodisíaco se debe más a la capacidad de empatía y de conectar con los sentimientos de afecto e intimidad hacia las otras personas; pero, al mismo tiempo, se pueden sentir miedos irracionales, desconfianza y tener pensamientos de paranoia respecto a los demás; el sentimiento de afecto puede dar paso, sin previo aviso, a un sentimiento de miedo y ansiedad
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